Deberían llover cristales, 2005

Como escorpiones en invierno, parecíamos aletargados, pero el mínimo foco de calor podría ponernos en marcha. Preparados para el ataque nos volvimos vulnerables, cada más sensibles y expuestos a ser heridos y cada vez más agresivos y capaces de herir.

Cuando la llama prende no hay marcha atrás: el calor aumenta y de la fricción saltan chispas: cada uno luchando por conseguir alguna verdad como nuestra única tabla de salvación. Por eso, escupiremos nuestra verdad a gritos cruelmente a la cara del otro. El contrario del otro.

Creo que lo sabes y sigues erre que erre.
La discusión perfecta no existe. Cuando se discute siempre queda alguna cosa por decir… ese silencio que deja suspendido el tiempo y nos hace viajar hacia nuestro interior, cada vez un poco más solos. Después, deberíamos de encontrar la calma, la serenidad e intentar continunar ayudándonos y apoyándonos los unos en los otros.
Deberíamos de hablar.

Concepto/idea original: Erre que Erre
Coreografía/interpretación: Susana Castro, Teresa Navarrete, Ángeles Angulo, Mario G. Sáez y Ricardo Salas
Música original: David Crespo/Guim Serradesanferm (Balago)
Vesturario/estilismo: Jorge Pérez
Espacio Escénico: Erre que Erre
Producción ejecutiva: Erre que Erre

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